martes, 27 de septiembre de 2011

27-J, 27-s, VÍCTIMAS Y víctimas




In memoriam de las víctimas de crímenes de estado. En homenaje a los últimos fusilados del franquismo, el 27 de septiembre de 1975 y a los cinco asesinados el 3 de marzo en Gasteiz, en representación de todas las víctimas del fascismo español durante la dictadura y la transición.




El 27 de junio ha quedado instaurado como día de las víctimas del terrorismo, día de homenaje y recuerdo. El señor Bono no cabe en su piel de gozo ante el anuncio de esta fecha para honrar la memoria de los que sufrieron actos terroristas. Pero ese día no se recordará, ni se homenajeará, ni se rendirá honores a las víctimas del terrorismo de estado, que en este país se pueden contar con nombres y apellidos en cientos de miles. El señor Bono recientemente ha utilizado las palabras de Azaña para llevar el ascua a su sardina, que a pesar de lo que digan los listados publicados recientemente con el patrimonio de los señores diputados es mucho más grande de lo que se confiesa. Aunque los pecados de faltar a la verdad o de asuntos pecuniarios no los tiene en cuenta José, para él el mayor pecado es mancillar el que considera su propio cortijo de diputados, como dejó claro el día que un pobre republicano, ante la euforia de encontrarse en el que debía ser el seno de la democracia republicana, sacó su bandera para vitorear la República por la que luchó y sufrió, a lo que un Bono airado y duro le reprendió: "No puedo aceptar manifestaciones que no son legales en este momento (...) La legalidad es el único imperio, ni la comodidad ni los sentimientos". Pero que se va esperar de un hombre que tergiversando a un presidente de una democracia legal y legítima, no como la de ahora, se lanza a hacer un retrato de reconciliaciones y memorias a su imagen y semejanza de hijo del régimen, que se atreve a responder ante la posible exhumación de los restos del sanguinario dictador del Valle de los Caídos: "No es momento de luchar contra Franco". Para él nunca fue momento porque muy bien le han ido las cosas militando en unas siglas pisoteadas y mancilladas por un grupo de vividores hijos de los que disfrutaron y medraron durante el franquismo, mientras sus ideas están en las antípodas de lo que defendiera Pablo Iglesias, a veces más allá del PP. Ya dejó clara su admiración por el franquista Fraga en su despedida como decrépito senador dormilón, enganchado a la teta del estado hasta donde alcanza la memoria, que a sus 89 años se va de rositas al retiro sin haber sido juzgado por su actuación en los crímenes de la dictadura y la transición, impune, manchado de sangre como le espetó Tardà, sin haber tan siquiera pensado en cuestionar el franquismo, sombra que tan bien le ha cobijado hasta la fecha.

Bono le dedicó a su amado Fraga perlas de este calibre: gran español y patriota de bien (miedo me da unido a la legalidad es el único imperio, debe ser sobre el que sobrevuela el águila incansablemente porque no se pone nunca el sol), el trabajo que has hecho a favor de la convivencia y de la construcción de una España en la que quepamos todos, sin sectarismos ni exclusiones (este hombre es un cínico, no es que quepamos, es que estamos atados a su yugo ante la amenaza de las flechas envenenadas de constitucionalismo del 78). Le da las gracias por haber colaborado "a que llegase la democracia" a España y también por haber trabajado "para que los extremismos se encauzaran en medida muy relevante" (a tiro limpio, así es como se acababan con los extremistas trabajadores que defiendían sus derechos, que lo pregunte en Gasteiz, o a palo limpio a todo disidente desde la izquierda). Critica José Bono a "quienes se pasan el día buscando diferencias para asentar discursos de contradicción y de polémica" (o sea, a los que trabajan por cambiar el sistema) y juzga "más provechoso encontrar y exhibir lo que los une" ( a Bono le sobra el bipartidismo a él le gusta más el partido único como cuando su padre era alcalde falangista en su pueblo natal). Cierra la misiva pidiendo a Dios por Don Manuel, "al mismo (dios) que ambos reconocemos como camino y vida" (viva el ultracatolicismo, el Opus, los obispos, el Papa ante el cual ha babeado este agosto y la santa madre iglesia al servicio de la cual está y no a la de los egpañoles. Pánico me da).

Volvamos al inicio porque con este personaje es muy fácil perderse en los vericuetos de sus espeluznantes y chulescas declaraciones. Tenemos un día de las víctimas del terrorismo para el recuerdo, unas víctimas privilegiadas dentro de su desgracia y que constituyen un lobby en este estado, las víctimas de ETA, porque las del 11-M no están en la misma categoría aunque se intente disimular, este día tampoco es para ellas. Las víctimas de ETA no son como el resto, son la casta intocable y no se dividen como las víctimas del franquismo por grupos en función de la fecha en la que fueron asesinados. Desde la primera a la última tienen los mismos beneficios y estatus, son merecedores de toda lástima y consideración, da igual que la consideraran un daño colateral, palabra de la que tanto gustan algunos para exculpar sus crímenes, o un represor franquista manchado de la sangre de los que plantaron cara al fascismo. No todas las víctimas de ETA se encuentran cómodas en este saco donde todo cabe, me consta que algunas, en ocasiones, se han desmarcado de la derecha reaccionaria, recalcitrante y manipuladora que habita en las siglas AVT, que acosan la política de este país con su ansia de venganza ciega, que en su caso consideran lícita; en la de las víctimas del franquismo pedir simplemente justicia es un acto de ruindad divide-Españas. Entre el listado de las víctimas que bajo el epígrafe terrorismo recoge la AVT no figura ni una sola víctima de la extrema derecha o del terrorismo de estado en cambio en la ACVT existe el apartado: residentes en Cataluña afectados por atentados de ultraderecha u otras bandas (en España o en extranjero).

El 27 de junio no se rendirá homenaje tampoco a las víctimas del terrorismo machista cuyos familiares no gozan de los privilegios, indemnizaciones y estatus de otras víctimas, que no salen en los medios de comunicación sino como parte de una estadística en un informativo y que no sueñan tener ningún tipo de poder político porque la orfandad por muerte de mujer sigue siendo, a pesar de los avances, un tema doméstico, familiar, de puertas adentro, no crea más alarma social que la pena. En un país donde miles de personas han tenido un escolta para protegerse del terrorismo, las mujeres amenazadas no tienen derecho más que a una pulsera o a un móvil con el que es difícil defenderse mientras te están apuñalando. Este septiembre vamos rondando la cincuentena de mujeres asesinadas. ETA hace dos años que no mata a nadie pero sigue siendo el tema estrella de la política del estado español. Es la excusa para criminalizar o encerrar a aquellos que cuentan como única arma con la democracia para luchar por aspiraciones y reivindicaciones totalmente legítimas, que Bono seguro no comparte, seguramente sí la alegría de quienes amordazan procesos ineludibles para este estado. Las mujeres ciudadanas de segunda, comparsas del poder marcado por la testosterona, no cuentan. Si los asesinatos fueran cometidos por mujeres el gremio masculino ya habría armado otras políticas para defenderse.

Otro 27, el 27 de septiembre pasará para casi todos los señores diputados sin pena ni gloria, no se acordaran tan siquiera que al alba de ese día cinco luchadores antifascistas fueron fusilados en los últimos días del exterminador Franco. Algunos de ellos se pondrán sensibles con la canción de Aute pero no les tembló el pulso como al dictador cuando votaron una ley de la memoria que les niega el pan y la sal. No tienen derecho a indemnizaciones, ni a las revisiones de sus juicios-teatro donde la sentencia ya estaba firmada, ni a la anulación de los mismos, ni a ser víctimas de segunda, como son las víctimas del franquismo en comparación con otras, puesto que los que fueron asesinados después del 68 sólo son delincuentes y terroristas a los ojos de esta mal llamada democracia, ni tan siquiera tienen derecho a ser recordados por los suyos en el aniversario de sus asesinatos, homenajes más de una vez prohibidos. Xosé Humberto Baena, José Luis Sánchez-Bravo, Ramón García, Jon Paredes y Angel Otaegi están presentes, son víctimas del franquismo, víctimas de crímenes de estado, víctimas de crímenes de lesa humanidad imprescriptibles, víctimas de la monarquía constitucional, víctimas de un príncipe ahora rey que se sentaba a la diestra de Franco y que por aquellas fechas lo hacía también en la mesa de donde salían las penas de muerte. Sin derechos, en un estado que no merece ser llamado de derecho porque la legitimidad no le asiste, serán recordados por los que si saben del significado de la palabra democracia, del valor y el precio de su defensa, porque ellos quisieron cambiar el mundo, no se resignaron a ser meros espectadores esperando la caída de un telón que sólo marcó el final de un acto pero no de una obra interminable, por ello todo nuestro reconocimiento y nuestra gratitud en un acto de enaltecimiento del antifascismo.

El muy católico señor Bono no rezará por el alma de los cinco del 27 de septiembre, ni falta que les hace, sí lo hará por la de Franco el 20-N en nombre de la reconciliación nacional de una España partida, no sólo en dos, que no habrá pegamento reaccionario que pueda pegar, mientras su partido sucumbirá ante los que tan bien ha servido.


Clamor Republicano

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