Compartimos con las personas que durante estos 35 años no han dejado de recordar a Xosé Humberto Baena y de rendirle homenaje cada 27 de septiembre en su ciudad natal, Vigo, la emoción de recordar a un joven luchador antifascista que sigue vivo en todos nosotros. No sólo a él, sino a sus compañeros del FRAP, José Luis y Ramón, que compartieron el final que les dio la dictadura fascista, ser fusilados al alba como recuerda la canción de Aute. Los que cometieron tan terrible asesinato: el general golpista y sanguinario, sus tribunales que llevaron la farsa de juicio adelante hasta la sentencia de muerte, los que formaron los pelotones de fusilamiento que se presentaron voluntarios para tan ruín tarea, la casa del Príncipe, hoy rey, que se limitó a comunicar a unos padres desesperados que nada había que hacer, todos ellos son culpables de tan execrables crímenes. También acabaron con las vidas de Txiki y Otaegi esa misma madrugada de clamor internacional por la anulación de estas penas de muerte, que conmocionaron a todos los antifascistas del mundo y que no deben caer en el olvido. Ya llevamos 35 años de impunidad.
Todos ellos no pueden esperar justicia porque el estigma de terroristas les persigue, no importa su inocencia. Víctimas reconocidas como tales por esta monarquía constitucional, verdugos de tantos antifascistas, reciben la justicia y reconocimiento que le pertenece a sus víctimas mientras que éstas no tienen derecho a nada.
Al acto acudió Flor Baena, que no tira la toalla en su lucha desesperada para demostrar la inocencia de su hermano y que ha llegado hasta la ONU en la esperanza que desde este organismo le llegue la justicia que le niega el estado español, el mismo que se pasa las recomendaciones de los organismos internacionales por la corona, que ni piensa anular la Ley de punto final de 1977, ni va a revisar la Transición, ni va a otorgarnos una ley de Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del franquismo, para todas. Flor agradeció a los compañeros de Solidaridad con las últimas víctimas del franquismo, compañeros muchos de ellos de su hermano, el esfuerzo por reivindicar su memoria y por exigir la justicia que se merece. Para nosotros es una deuda ineludible y una satisfacción el llevar esta tarea a cabo.
Todos ellos no pueden esperar justicia porque el estigma de terroristas les persigue, no importa su inocencia. Víctimas reconocidas como tales por esta monarquía constitucional, verdugos de tantos antifascistas, reciben la justicia y reconocimiento que le pertenece a sus víctimas mientras que éstas no tienen derecho a nada.
Al acto acudió Flor Baena, que no tira la toalla en su lucha desesperada para demostrar la inocencia de su hermano y que ha llegado hasta la ONU en la esperanza que desde este organismo le llegue la justicia que le niega el estado español, el mismo que se pasa las recomendaciones de los organismos internacionales por la corona, que ni piensa anular la Ley de punto final de 1977, ni va a revisar la Transición, ni va a otorgarnos una ley de Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del franquismo, para todas. Flor agradeció a los compañeros de Solidaridad con las últimas víctimas del franquismo, compañeros muchos de ellos de su hermano, el esfuerzo por reivindicar su memoria y por exigir la justicia que se merece. Para nosotros es una deuda ineludible y una satisfacción el llevar esta tarea a cabo.
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