Los casquillos de bala que acabaron con la vida de «Txiki» se guardarán en el archivo de Lazkao

GARA

La familia de Jon Paredes Manot Txiki ha recuperado algunos de los casquillos de las balas que aquel 29 de setiembre de 1975 acabaron con la vida del militante vasco. Treinta y cinco años más tarde del fusilamiento, la familia de Txiki recibió este miércoles seis casquillos, que serán «para el pueblo», según reveló ayer ``Berria''.

La madre y hermano del militante de ETA han decidido que los casquillos reposen en el archivo de Lazkao. «Txiki es parte del pueblo, por lo que estos casquillos deben ser también del pueblo», señala su madre, Anttoni Manot. Su hermano Mikel Paredes indica que así quien quiera podrá «observarlos, investigarlos... Son parte de nuestra historia».

Los alrededores del cementerio barcelonés de Sardañola del Vallés fueron testigo de cómo la Guardia Civil descargaba hasta trece balas contra el cuerpo de Txiki. Su hermano Mikel, junto a los abogados Marc Palmes y Magda Oranich, también asistieron con impotencia a uno de los últimos fusilamientos rubricados por el dictador español Francisco Franco.

Los dos abogados catalanes guardaron aquellos casquillos como oro en paño con la intención de devolverlos a la familia, aunque hasta el momento no se había materializado ese deseo.

En Barcelona

Finalmente, anteayer Mikel Paredes y su ama se subieron al avión y se dirigieron al despacho de Oranich, en Barcelona. Mientras recogía los casquillos, Anttoni recordaba que al despedirse de su hijo éste le decía que perdería a un hijo pero que ganaría otros tantos hijos vascos. El resto de las balas están en el museo de la Memoria Histórica de Barcelona.

Su hermano deseó que la muerte de Txiki no haya sido en vano. Por eso, en referencia al contexto político actual, saludó que «parece que se está avistando alguna salida». «Espero que se cumplan sus sueños y a ver si de una vez por todas conseguimos algo en favor de nuestro pueblo», afirmó.

La entrega de los casquillos se produjo además a pocos días de que se cumpla el aniversario de los fusilamientos, el 27 de setiembre, que desde entonces es recordado en Euskal Herria como el Gudari Eguna.